Preparé esta crema de apio porque mi esposo fue al mercado un sábado y llegó con una cabeza GIGANTE de apio, que se sumaba a otra que ya tenía en el refri… conclusión: demasiado apio; Incluso para mi, que soy demasiado fan.

En mi casa nunca falta el apio, la razón principal es mi Salsa Bolgonesa que empieza con un sofrito de zanahoria, cebolla y apio; pero no es la única. Lo uso muchísimo para darle un toque crocante a las ensaladas, lo uso en la base de casi cualquier guiso y las ramitas más pequeñas se van los fines de semana a los bloody Marys que preparo con mi hermana. Amo el apio!!!.

Esta crema fue todo un hallazgo. Es deliciosaaaaa, si te gusta el apio te va a encantar porque tiene todo el gusto, pero complementado con la sedosidad que aportan la papa y el toquecito de mantequilla. Un éxito.

Los Ingredientes

Empezamos con un sofrito en mantequilla de apio, papa y cebolla. Nada puede salir mal. La cebolla es la que nos va a indicar cuándo el sofrito está en su punto, cuando esté traslúcida pero no dorada.

Sumamos caldo de pollo o de vegetales, aunque si no tienes y es una sopita para salir de un apuro puedes perfectamente usar agua y un toque de algún sazonador que te guste.

Una idea que tomamos de Epicurious fue incorporar un chin de eneldo. Yo tenía eneldo seco de Badia y le quedó divino. Es un puntito para darle un toque, no tiene que quedar “pasado a eneldo”. Usando eneldo fresco debe quedar exquisito, pendiente probarlo.

Rematamos con un poco de crema de leche. Si eres intolerante a la lactosa perfectamente puedes usar tanto la mantequilla como la crema dairy-free. Últimamente hemos preparado varias recetas con estos productos y el resultado es idéntico al “original”.

La textura de la Crema de Apio

Este punto es importante porque puede hacer que la ames o la odies.

El apio de por sí es bien fibroso, por eso esta crema VA A TENER FIBRAS. Pero aquí te doy algunas recomendaciones para controlar cuánta fibra prefieres:

Cuando las ramas del apio todavía están enteras, con ayuda de un cuchillo saca las venas de la parte exterior. Al menos las más gruesas. Clavas en cuchillo en una punta tomando sólo las hebras y las arranchas a todo lo largo, como si estuvieses pelando un plátano.
Jamie Oliver tiene otra técnica que también funciona que es romper la rama a la mitad, con las manos, sin que lleguen a romperse las hebras, y luego arrancarlas igual como si fuese un plátano.
Ambas sirven.

Otra recomendación es usar una licuadora con buena potencia. Yo licué mi crema con un minipimer y si bien es más práctico por no ensuciar más, deja más fibras en la sopa.

El último recurso para controlar la textura es colar una parte de la sopa. Puedes ir colando sobre la misma olla hasta que veas que la textura es agradable. Te recomiendo no colar toda la sopa porque -para mi gusto- el resultado es muy líquido… se pierde un poco del encanto que da esos “grumos”. Yo colé aproximadamente el 50% de la sopa.
Si no soportas las fibras -o si por ejemplo la sopa es para un niño- y sí o sí quieres colarla toda, puedes agregar una papa más a la preparación, para compensar lo espeso.